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Cha Cha Chá, el Perro Colosal, Cha cha chá, el Pulpo Peculiar

jueves, julio 20, 2006

La crítica de arte como complemento necesario.


"Yo soy el pintor; los otros interpretan" Matthias Weischer


Pulpo Pochí parece haber detectado una relación entre el arte y la crítica del arte basada en la complementariedad. Sí, necios denostadores de la labor crítica (y de la teoría en general, que soléis ser los mismos), habéis leído bien: Pulpo Pochí considera que la crítica de arte completa y refuerza la creación artística. Llevando, no sin coherencia, esta suposición al extremo, afirma que toda obra permanece víctima de cierta orfandad hasta que no es criticada, esto es, contextualizada y situada en el cosmos inmenso de lo real, validada como una parte legítima de la realidad a la que por fuerza pertenece, como un producto de esa misma realidad, que se materializa a través del artista. La crítica no sólo describe o juzga, sino descubre, no pocas veces, la razón de ser de la obra (en tanto que los artistas no parecen ser capaces de hacerlo, con sus fatuos silencios, debidos sencillamente a que desconocen sus propias motivaciones).
Cuando un niño pequeño (no es mal símil para el artista) caga (no es mal símil para la creación artística), desconoce el origen real de su excremento, su composición, y los motivos diversos de su forma, textura, pigmentación, etc... El doctor, que conoce la alimentación del niño, que estudia su entorno y analiza el estado de su salud, está en unas condiciones infinitamente más ventajosas que el propio niño para analizar el excremento, y en su caso, para comentarlo. Entonces ese excremento, que para un observador incauto podría parecer vacío de interés, arbitrario en sus características formales y carente de información relevante (una simple mierda, al fin y al cabo), cobra sentido gracias al comentario del experto, que en este caso -ha de insistirse en ello- es el doctor, ajeno a la creación de la caca, y no el niño, autor único del cagarro. Ocurre lo mismo, como el lector avezado ya habrá percibido, con la relación artista - crítico: uno produce, el otro hace la justificación teórica, y en su caso la explicación, de ese producto. Son perfectamente complementarios: se necesitan. A la vista de tal consideración, Pulpo Pochí exclama: qué soberbia sandez la de Cézanne al espetar a los críticos: "¡No seas crítico de arte, pinta!". Sin el comentario ilustrador de los críticos, tal vez sus bodegones no hubiesen pasado de ser composiciones de frutas semiborrosas. Qué recomendación tan pochí, Cezanne.

1 Comments:

Blogger Salamandrala said...

Si a veces se odia lo que se quiere y a la vez se quiere lo que mas se odia. El Yin y el Yan

10:45 p. m.  

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